lunes, 17 de enero de 2011

Temporada en el infierno de los egos teatrales


MATÍAS CASTRO

Adornada con unos lentes oscuros con forma de corazón, con su conocida sonrisa y gesto medio desfachatado y medio de diva, Belén Francese dijo a la televisión: "Mariano Bal me pidió que baje los humos". Bal es el productor de la obra de teatro Bravísima, en la que comparte cartel con las uruguayas Andrea Ghidone y Mónica Farro. Y, a pesar del éxito de público de la obra, las inevitables pujas de ego ya aparecieron, razón por la que le hicieron esa amable solicitud a la querida Belén.

Jorge Rial aplicó el llamado aplausómetro para medir las ovaciones de Ghidone y de Farro durante la obra y el resultado fue que la primera ganó. Claro que Farro no se quedó callada y, obstinada en eso de que quien ríe último ríe mejor, dijo que igualmente el número de baile más aplaudido es el la tiene a ella como figura destacada. Siempre hay una forma de ganar.

Las peleas por saber quién es la vedette más aplaudida o quién tiene el mayor destaque en la cartelería de cada obra no son cosa nueva. Lo que es relativamente nuevo es que la disputa se dé entre uruguayas y el público nacional vea con cierta afinidad peleas de conventillo que antes parecían como totalmente ajenas. No sé hasta qué punto son reales los celos entre unas y otras. Muchas veces las peleas se parecen más a intentos por conseguir algo más de promoción que a verdaderas reivindicaciones del trabajo y reconocimiento de cada una.

Las peleas entre vedettes no solamente han dado rating siempre, sino que también les ha dado publicidad a ellas. Es sabido que cuando una vedette que comienza quiere pegar un salto, puede recurrir al recurso de inventarse una pelea con alguna colega, con la ayuda de algún conductor televisivo que cambia favores con ella. En el verano argentino las disputas son moneda corriente en una carrera para convertirse en la figura más nombrada de la temporada. Francese consiguió ser la más aplaudida de su obra y ahora se queja porque le piden que baje los humos. Pero no lo va a hacer, al igual que todas sus colegas. Es tiempo de sacar los egos a relucir.

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